Para radio Estados Unidos de América, aquí Henry Steigman. Hoy el país se estremece tras la devastación catastrófica producida por la guerra contra un enemigo brutal y aterrador como nunca antes habíamos visto. Esta mañana me desperté con el sonido de enormes estruendos y pensé que solo podía tratarse de un terremoto, pero cuando miré fuera vi sus buques acorazados amenazando la ciudad. Todos y cada uno del tamaño de un campo de beísbol, que dejaban a su paso nada más que escombros deformes y humeantes. Nuestros viejos amigos y vecinos yacen ahora en las alcantarillas, con las extremidades retorcidas de formas que prefiero no describir. Esta lucha por la propia supervivencia del ser humano... Esta lucha que acaba de alcanzar las costas de nuestro país... ¡Esta lucha, señoras y señores! Puede que se haya perdido para siempre...