Colección - Inuyasha

Incluso si hubiera podido poner mis manos sobre la joya, no tenía ninguna intención de matar a Kikyo... y Kikyo no me mataría tampoco

Inuyasha ¿ya viste tu rostro? ¡Lo tienes como el de un ángel!... Está tan lindo que... ejem, perdón, perdón, luce terso y brillante.

¿Por qué hacer infeliz a una si puedes hacer felices a las dos? Pero si llegaran a enterarse... una vez más te humillarán.

¡Ningún padre quiere que su hija sea infeliz por el resto de su vida! Su padre no deseaba que crecieran fuertes para ser sucesoras de la aldea, lo que quería era demostraran su fortaleza para poder encontrar la felicidad mientras vivan. Crezcan muy fuertes.

Mientras haya un camino... No... Aunque no haya camino, ¡seguiremos adelante para derrotar a Naraku!

¿Por qué lo hiciste, Kagome?

Quiero que Inuyasha viva, que viva para mí. Quiero que sea feliz, quiero verle sonreír. No sé lo que yo puedo hacer, pero... estaré a su lado para siempre.

Entiendo que Kikyo siempre estará en el corazón de Inuyasha, pero no puedo evitar el amor que siento por él.

No seas tonta, lo invisible no se puede ver.

Soy humana... pero no puedo actuar como tal...

- Inuyasha: Ya déjala en paz, eres un libidinoso.
- Miroku: Soy un monje.

Te has convertido en demonio por tu propia desesperación.

¿Qué no lo entiendes? Por poco estuve a punto de perderte Kagome...

Eres reservado aunque tienes mucho temperamento no soportas a la gente inferior a ti... eres un poco confiado, pareces una persona sin sentimientos aunque en el fondo eres bueno.

De ninguna manera puedo pedirle que se quede... y ella debe saberlo de antemano.

Ni siquiera tu oficio de monje purifica tu corazón.

- ¿No es gracioso cómo el número de personas que saben este secreto se incrementa gradualmente?
- Está bien, porque eso significa que el número de amigos que tienes se incrementa también.

Solo porque eres un hanyou no significa que seas inferior a un youkai, y no significa que no seas inferior a un humano...

Si tu corazón es devuelto a tu cuerpo... Kagura... No habrá ningún lazo que te ate a nada. Eres libre...

Vé... A dónde quieras... Disfruta mientras puedas. No pasará mucho antes de que tu vida llegue a su fin. Mientras tanto iras sintiendo como el tormento se alarga. Así es Kagura, esa es... La libertad que estabas buscando.